Guatemala huele a religión. En numerosas ocasiones es una mezcla del aroma que desprenden los ritos mayas, católicos y evangélicos, mezclados de manera aleatoria. Hoy mismo llevo todo el día escuchando unos rezos-lloros que junto a mi casa un buen número de personas vienen emtiendo desde la mañana, quizás por la muerte de algún ser querido. Los católicos tienen la costumbre de poner música religiosa cuando muere alguien cercano durante toda la noche, hasta que llega la hora del entierro al día siguiente. Pero lo que más sorprende es otra cosa.
La expansión de iglesias y/o sectas evangélicas, concretamente en Guatemala es un fenómeno importantísimo que deja sorprendido a cualquier viajero que la visite. En Santiago Atitlán hay más de 30 (por un par de católicas) y suelen tener las puertas abiertas mientras se celebra el culto, pudiéndose observar las llamativas formas de acercarse a la palabra de Dios por parte de los fieles. Incluso se celebran macroeventos internacionales (no se lo pierdan) donde con la música y repetitivos movimientos corporales quienes asisten llegan casi al éxtasis. Tienen un gran poder económico, siendo sustentadas por el dinero de los fieles que incluso entregan sus pocos ahorros en forma de tarjeta de crédito o entregándoselo a predicadores que vociferan en el mercado semanal. Es conocido también que estas confesiones han conseguido erradicar en numerosas comunidades y entre la mayoría de sus seguidores el consumo de tabaco, de alcohol generalizado (aunque no la gran tasa de alcoholismo); pero también los bailes, los símbolos mayas, la música rock, etc...
Muchos sostienen que la introducción de las sectas y/o iglesias evangélicas en América Latina fue promovida en los años 70 y 80 por los mormones y los testigos de Jehová estadounidenses financiados por la CIA para acabar con el monopolio religioso de la Iglesia Católica, que por aquellos entonces se había implicado en las luchas políticas y sociales de los más desfavorecidos a través de la Teología de la Liberación y se enfrentaba a los gobiernos títeres manejados por el gobierno de EEUU. De hecho en Santiago Atitlán, el párroco Stanley Francis Rother, misionero que había impulsado el compromiso social (creación de un hospital, de la radio la Voz de Atitlán, promoción de la conciencia crítica, defensa de los derechos de los pobres, etc...) fue asesinado por el ejército el 28 de julio de 1981 (extraordinariamente documentado aquí). También corrieron la misma suerte catequistas y personas próximas a esta confesion.
Para el reverendo Vitalino Similox [guatemalteco de origen maya-kakchiquel, pastor presbiteriano, teólogo, sociólogo y actual Secretario General del Concejo Ecuménico Cristiano de Guatemala (donde participan la Iglesia Católica y varias de las iglesias protestantes históricas de ese país centroamericano)], los cultos evangélicos en Latinoamérica esconden "intereses de poderosos sectores que desean que nada cambie" y "buscan mantener el privilegio de unos pocos a partir de la pobreza de las grandes mayorías, haciendo que la gente no advierta todo ello, quedándose simplemente con la idea que las injusticias son voluntad de dios" (muy interesante entrevista).
La expansión de iglesias y/o sectas evangélicas, concretamente en Guatemala es un fenómeno importantísimo que deja sorprendido a cualquier viajero que la visite. En Santiago Atitlán hay más de 30 (por un par de católicas) y suelen tener las puertas abiertas mientras se celebra el culto, pudiéndose observar las llamativas formas de acercarse a la palabra de Dios por parte de los fieles. Incluso se celebran macroeventos internacionales (no se lo pierdan) donde con la música y repetitivos movimientos corporales quienes asisten llegan casi al éxtasis. Tienen un gran poder económico, siendo sustentadas por el dinero de los fieles que incluso entregan sus pocos ahorros en forma de tarjeta de crédito o entregándoselo a predicadores que vociferan en el mercado semanal. Es conocido también que estas confesiones han conseguido erradicar en numerosas comunidades y entre la mayoría de sus seguidores el consumo de tabaco, de alcohol generalizado (aunque no la gran tasa de alcoholismo); pero también los bailes, los símbolos mayas, la música rock, etc...
Muchos sostienen que la introducción de las sectas y/o iglesias evangélicas en América Latina fue promovida en los años 70 y 80 por los mormones y los testigos de Jehová estadounidenses financiados por la CIA para acabar con el monopolio religioso de la Iglesia Católica, que por aquellos entonces se había implicado en las luchas políticas y sociales de los más desfavorecidos a través de la Teología de la Liberación y se enfrentaba a los gobiernos títeres manejados por el gobierno de EEUU. De hecho en Santiago Atitlán, el párroco Stanley Francis Rother, misionero que había impulsado el compromiso social (creación de un hospital, de la radio la Voz de Atitlán, promoción de la conciencia crítica, defensa de los derechos de los pobres, etc...) fue asesinado por el ejército el 28 de julio de 1981 (extraordinariamente documentado aquí). También corrieron la misma suerte catequistas y personas próximas a esta confesion.
Para el reverendo Vitalino Similox [guatemalteco de origen maya-kakchiquel, pastor presbiteriano, teólogo, sociólogo y actual Secretario General del Concejo Ecuménico Cristiano de Guatemala (donde participan la Iglesia Católica y varias de las iglesias protestantes históricas de ese país centroamericano)], los cultos evangélicos en Latinoamérica esconden "intereses de poderosos sectores que desean que nada cambie" y "buscan mantener el privilegio de unos pocos a partir de la pobreza de las grandes mayorías, haciendo que la gente no advierta todo ello, quedándose simplemente con la idea que las injusticias son voluntad de dios" (muy interesante entrevista).
4 comentarios:
Da un poco de impresión pensar en el ratio de iglesia/edificio/habitante que debe de haber en Santiago de Atitlán.
Ayer te añadí al Skype. Estuve hasta las 00:30 (creo) españolas pero me fui a dormir pronto. Un abrazo!
Y si vieras alguna que otra "macro" que se está construyendo... No hay manera de dar contigo, espero que todo vaya bien. Cuando te conectes manda un mensaje por si estoy por ahí.
Lo que comenta el fulano aquel de la mano negra de la CIA para contrarrestar el poder de la teología de la liberación es interesante, pero no sé si creérmelo mucho. La religión, cualquiera que sea su forma de expresión, encuentra en la gente humilde y supersticiosa un terreno abonado. Estas nuevas religiones (que siguen proliferando de manera asombrosa) saben adónde y a quiénes dirigirse. Los charlatanes son grandes psicólogos con un gran poder de convicción y que saben elegir bien a su público. Cuando has nacido, crecido y vivido en la pobreza y en la desesperanza, cualquiera que te prometa algo, siempre será bienvenido.
Y después están los bien nutridos de vientre pero famélicos de coco, y a esos también son fáciles de convencer, y si no, mira lo que se moviliza de CR en semana santa, o las romerías...
tatuada, yo si creo que los EEUU tuvieran un cierto interés en que las iglesias evangélicas se expandieran. Quizás no las plantaron directamente pero si las subvencionaron. Hoy mismo me he encontrado a un grupo de voluntarios gringos ayudando a construir una iglesia evangélica, aunque quizá no venga al caso.
La CIA lleva años mostrando un interés grandísimo en América Latina, demostrable en multitud de casos (incluso a través de voluntarios en ONG's).
Comparto lo que digo con respecto a las religiones pero tengo la sensación de que han habido algunas con objetivos bien distintos a las otras. Mientras sectores de la iglesia católica apoyaban las cooperativas, el pensamiento crítico (dentro de lo que cabe), el reparto de tierras, la digninidad de los indígenes... otros no hacen más que decir "somos pobres porque Dios así lo ha querido y écheme unos quetzalitos en el bote para enrriquecerme aunque no tengas ni para comer".
Tatuada, en algún post anteior te pregunté quien eras porque me dio la sensación de que me hablabas como si te conociera... Si no quieres no pasa nada.
Saludos y gracias por tus comentarios.
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