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martes, 1 de agosto de 2006

Breve Historia de un Pueblo

Siempre he sido un vagabundo. Un perro callejero. Aunque según dice un libro, no siempre fui así. Dicen que había un padre, que entre todos sus hijos, que eran muchísimos, me eligió a mí. Me amó y me quisó, pero no sé muy bien que hice, le traicioné o algo y ya no me quiso más.

Anduve por la Historia mudándome de casa en casa y tomando las riquezas de mis anfitriones, que inexorablemente me cogían rabia y acababan echándome de su casa porque yo era mucho más listo y guapo que ellos. En el fondo no eran dignos de mí. Siempre de un lado a otro, de aquí para allá, perseguido y acosado. No tenía casa, como los demás, a pesar de que en los negocios siempre me fue bien. Siempre soñé que algún día todo iría a mejor. Pero no. De hecho, las cosas solo empeoraban. Cuanto más rico era en casa de mi anfitrión, peor me trataba, hasta que uno (mejor dicho entre dos) me dieron tal paliza que me dejaron completamente destrozado.

Por suerte, un tercer amigo vino de visita a casa de uno de los amigos, y al ver lo que me habían hecho, decidió darme una parcela en la casa de un tercero, que ni conocía ni nada, pero como mi nuevo amigo era mucho más fuerte me dió parte a mí y una pequeña parte al dueño original. El antiguo inquilino se enfadó mucho, pero como a mi me gustan las casas grandes y espaciosas, tomé la parte que le quedaba y el se quedó con dos palmos de narices. Ahora tengo mucha rabia interior, me gusta maltratar a mi inquilino, que ya no es dueño ni nada. De vez en cuando le tengo que dar algo, porque el también me suelta collejas. Tampoco pretendo que se calmen las cosas, es solo mientras me las arreglo para quedarme con todo. Además, de vez en cuando le tiro piedras a mis otros vecinos, que también están enfadados conmigo, porque yo ya tengo casa, aunque dicen que no es mía…les odio tanto….casi como ellos a mí.

El otro día me picó un bicho y vi que se metía en casa del vecino, me dió tanta rabia que he entrado con un bate y le he destrozado la casa entera, porque sé que protege a los bichos malos. Y veremos si no me quedo con el solar que le voy a dejar por vivienda. Mientras, la comunidad de vecinos no se queja, porque mi amigo, el que me recogió después de la paliza gorda es fuerte, muy fuerte.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"es necesario tener un caos dentro de sí para dar a luz una estrella fugaz (F.N.)". Lackland, espero que tu rabia te permita mucho tiempo el seguir pariendo estrellas.

ASR dijo...

HALT

Recorro el camino que recorrieron 4000000
de espectros.
Bajo mis botas, en la mustia, helada tarde de
otoño
cruje dolorosamente la grava.
Es Auschwitz, la fábrica de horror
que la locura humana erigió
a la gloria de la muerte.
Es Auschwitz, estigma en el rostro sufrido de
nuestra época.
Y ante los edificios desiertos,
ante las cercas electrificadas,
ante los galpones que guardan toneladas de
cabellera humana
ante la herrumbrosa puerta del horno donde
fueron incinerados
padres de otros hijos,
amigos de amigos desconocidos,
esposas, hermanos,
niños que, en el último instante,
envejecieron millones de años,
pienso en ustedes, judíos de Jerusalem y Jericó,
pienso en ustedes, hombres de la tierra de Sión,
que estupefactos, desnudos, ateridos
cantaron la hatikvah en las cámaras de gas;
pienso en ustedes y en vuestro largo y doloroso
camino
desde las colinas de Judea
hasta los campos de concentración del III Reich.
Pienso en ustedes
y no acierto a comprender
cómo
olvidaron tan pronto
el vaho del infierno

Luis Rogelio Nogueras
Auschwitz-Cracovia, 21-10-79