No hay acuerdo. Las diferentes f(r)acciones de la falange parece que siguen sin unirse. Por el momento no podemos adelantar más noticias al respecto, porque las visitas al médico hasta la fecha no han sido más clarificadoras que administrativas. Mejor dicho: burocráticas.
Resulta que el parte de baja que me rellenó, firmó y selló el doctor hace apenas seis días, el lunes tenía que haberse confirmado. O sea que no basta con que la radiografía, la traumatóloga y el médico en cuestión sentencien que tienes uno (o dos) dedos rotos. No. Antes del día 30 de ese mes tienes que ratificarlo. No vaya a ser que se produzca un efecto paranormal, que hayas sido tratado con un acelerador de partículas aplicado a procesos biológicos o que hayas trucado la placa. Ni siquiera, porque ninguna de estas tres opciones las podría haber comprobado el facultativo en cuestión ya que lo único que ha hecho ha sido saludarme, rellenar el parte, sellarlo, firmarlo y despedirme. De muy buenos modos, eso sí, pero sin mirarme la patachula. Sí ¿qué pasa?. Esta administración nuestra de cada día ¿no lee los respetabilísimos foros de salud en internet o qué?.
Otra. Para participar en un concurso de traslados hace falta un papelito llamado “hoja de servicios” que expide la misma institución a la que luego hay que entregárselo, para que comprueben (¿quién lo puede saber mejor que ellos?) los años trabajados. Hace una semana la pedí, prometieron mandarla a casa y así, confiado, he esperado a que llegara. Dado que el cartero no traía la poética misiva, ayer por la mañana llamé. Dos horas después de que uno de los tres teléfonos que me habían facilitado comunicara constantemente, el segundo nunca lo cogieran y el tercer o comunicara constantemente o nunca lo cogieran, por fin, alguien asomó por el auricular, no sin llevarme un buen susto por el inesperado incidente.
- No se lo vamos a mandar. Es que lo ha pedido demasiada gente.- ¿?.- Pero fíjese en la convocatoria, también se pueden presentar las tomas de posesión.- Ya, pero es que me aseguraron que lo harían y la última toma aún no la han mandado a mi centro.- La mandamos la semana pasada. Tiene que estar.
Efectivamente estaba. Mañana (por ayer) toca viaje al centro de la burocracia manchega. Kilómetros, gasolina, tiempo. Al menos cambio la pata de alto. De lo alto del sofá a lo alto del asiento del coche que (menos mal que tengo un padre jubilado) conduce mi chófer.
Resuelto el tema-trabajo vamos al tema-salud y, ¡oh leyes de Murphy!, el médico no aparece. Al cabo de un rato uno de los pacientes-pacientes dice:
- La semana pasada vine a por unos resultados, se había tomado el día libre y nos repartieron en otras consultas. Voy a bajar a preguntar.Nos miramos extrañados. Sube.
- Ya lo sabía yo. Que hoy no está. Ahora suben a poner un listado y nos intercalan en las consultas de otros médicos.
La mayor parte de la gente no había esperado a este momento y ya se había ido. Nosotros, como teníamos que entregar un papel con fecha de ayer, nos quedamos esperando ese instante en que la mano de la (en este caso) doctora, viajara en el tiempo.
3 comentarios:
Viajes en el tiempo, cartas poéticas, conversaciones amenas con un teléfono que comunica... ¿No se de que te quejas???
:P
Se debería poder acudir a consulta por internet. Una webcam con forma de palo-madera médico para introducir en las amigdalas; escáner-fax con rayos x sobre las falanges afectadas y papel de recetas en la bandeja de la impresora...
eso angua, no sé de qué me quejo. ¿De ir pa' na'?
Alfredo, en el fondo lo que es ir al centro de salud no me importa. Ese contacto humano, esos virus en el ambiente, esas conversaciones apoyando construir un párking sobre los descubrimientos arqueológicos... tienen su aquél. Me quejo de los papeleos absurdos. Aunque he de reconocer que tu propuesta no está nada mal.
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