yer noche paseaba en busca de una farmacia de guardia y en apenas 20 minutos observé situaciones nada frecuentes en mi pueblo. Una pareja y, en otro lugar, un hombre solo pedían dinero a los transeúntes; un borracho amenzaba al camarero de un bar pegando una patada en un barril que servía de mesa en una plazoleta; por último una mujer que andaba con su hijo se detuvo en medio de una calle, se sentó en un banco y rompió a llorar. El crío de unos 7 u 8 años se quedó mirando a su madre compungido y optó por darle un cariñoso abrazo. Desconozco las causas concretas de todos estos hechos pero puedo imaginar que la agudización de la precariedad laboral y el desempleo están entre ellas, si no son la fundamental, y acaban cebándose especialmente como siempre con las víctimas aún más vulnerables: las mujeres trabajadoras. Como aquella mujer, vuelvo a repetirlo, que estaba siendo acosada y violentada por un hombre en Ciudad Real, hecho ante el que la policía no hizo absolutamente nada, pese a todas las campañas ministeriales y de colectivos sociales de sensibilización y denuncia.
Hay alianzas para llegar al poder que perjudican seriamente la salud. Directamente matan. Matan a mujeres pobres (siempre trabajadoras) en Nicaragua, donde ha habido un retroceso criminal en materia de mortalidad materno-infantil. Donde las mujeres se están muriendo por razones que hace 10 años no se morían, por ejemplo a causa de un embarazo ectópico. En Nicaragua el aborto es un delito en todos los supuestos (como lo es en Chile, en Malta o El Salvador) y en la sanidad pública muchos médicos, empujados por el miedo, prefieren salvarse de la cárcel a salvar una vida.
Hay otras alianzas, en este caso en Colombia, que también acaban amenazando y llevándose por delante la vida de mujeres. "Continuamos declarándolos objetivo militar y [sic] plan de eliminación contra los líderes guerrilleros que se cubren el rostro con la fachada de ONG y Organizaciones de desplazados y quienes les ayudan bajo el paradigma de defensores de derechos humanos y quienes obstaculizan la politica del gobierno", dice la carta de grupos paramilitares dirigida, entre otras, a Corporación Sisma Mujer, organización colombiana de defensa de los derechos humanos de las mujeres.
Y en nuestra próspera Europa se multiplican las Rosettas, esas mujeres trabajadoras a las que se sigue explotando, discriminando y silenciando. Seres humanos con inferiores salarios y condiciones de trabajo que además se hacen cargo, casi en su totalidad, del cuidado y el bienestar dentro de la familia, y fuera de la misma también en el caso de las mujeres migrantes.
Visibilizar las tareas domésticas y los cuidados
Si el trabajo doméstico y de cuidados se pagara en base al salario actual de una empleada polivalente, costaría 424.140,8 millones de euros y supondría el 60,71% del PIB de España en el año 2002. “Hay que coger estos datos con pinzas”, advierte Matxalen Legarreta porque “se está midiendo desde una lógica mercantil un ámbito de relaciones que funciona en base a otro tipo de lógica”. Lo importante, añade, es que estas estimaciones sirven para visibilizar que las tareas domésticas y de cuidado generan mucho trabajo que, en su mayoría, lo asumen las mujeres. La portavoz de SEDOAC, Beatriz Baus, reclama la equiparación de derechos laborales desde un contexto amplio de transformación social y aboga por la sensibilización. Para trabajar en este sentido, ha formado junto a la Agencia de Asuntos Precarios y Cita de Mujeres de Lavapiés, un lugar común denominado Territorio Doméstico que aúna a mujeres de varios países, nacionalidades y experiencias distintas. Con motivo del Día Internacional de la Empleada del Hogar, han convocado el día 28 de marzo, a las 13 horas en la plaza de Jacinto Benavente de Madrid, una marcha reivindicativo- festiva. La idea de las organizadoras es que esta convocatoria se extienda a otras ciudades.
SANDRA EZQUERRA (es componente del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales de la Universidad Pompeu Fabra). Fuente: Diagonal.
Algunos datos más sobre Europa: En Suecia, sólo el 12% de las violaciones denunciadas a la policía desemboca en juicio. En Dinamarca, el sexo sin consentimiento en el matrimonio no está penado. En Francia, una mujer muere cada tres días a manos de su pareja. En Alemania, una de cada cinco sufre violencia física o sexual, y en España, las víctimas de violencia en situación irregular, se enfrentan a una expulsión si se deciden a denunciar. Esto último, pese a la nueva Ley de Extranjería, sigue ocurriendo. Está explicado aquí con más detalle.
Hay mucho por hacer contra la violencia machista, se están dando pasos en esa dirección pero en cambio la UE no hace lo suficiente para identificar, proteger y ofrecer indemnización a las personas objeto de trata, una práctica invisibilizada pero trágica, máximo exponente de la degradación de nuestro sistema económico, político y moral que permite explotar y comerciar con seres humanos y su intimidad.
Como en las protestas de principio de siglo en Nueva York (entre otras muchas), en las que miles de mujeres obreras exigieron mejoras en sus condiciones de trabajo y ver reconocidos sus derechos, sufriendo ataques, detenciones y despidos, hemos de exigir dignidad e igualdad hasta que lo consigamos.
Aquí podéis firmar una cyberacción de Amnistía Internacional en favor de los derechos de las mujeres dentro y fuera de Europa dirigida a la Ministra de Igualdad. El lunes 8 de marzo a las 18.00 en la Pza. Mayor de Ciudad Real el grupo local de AI llevará a cabo un acto de calle y recogida de firmas para apoyar esta campaña.
De regalo, una canción de María Rozalen, amiga albaceteña y dueña de una voz con un timbre especial y lleno de matices. Actuará el 22 de abril en la tetería Pachamama de Ciudad Real.
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