Escapar por unos días de las rutinas domésticas, sociales, laborales, políticas (que no niego ayudan a mantener un cierto equilibrio anímico) y encontrarse con gente querida y la naturaleza conquense es un ejercicio gratificante para quien escribe.
Aunque bien pensado lo que hice fue básicamente cambiar de escenario y no trabajar. Porque no se puede considerar trabajar pasar la noche del viernes en la puerta del Sala Babylon, dando a conocer a EMIS entre el público más joven y punkarra (siempre lo diré con cariño) de Cuenca, y compartiendo velada con el cobrador de entradas del concierto y con Maiku, quien se encarga del "mercadeo" de Benito Kamelas, un grupo de rock de barra al uso, para mí hasta entonces desconocido, con cierto toques flamencos y un gran directo.
Entrañables y surrealistas las escenas protagonizadas por aquéllos que se hacían los despistados para entrar sin pagar, por quienes se interesaban por la situación de Guatemala, por quienes consideraban barato el precio de algunos "utensilios", por los teloneros de El Herrumblar, Karih Katura, y su humildad.
Hubiera preferido ser nuevamente acogido en esa pequeña gran ciudad antes que en mi nuevo destino, a decir verdad, para el año que viene. Allí donde sacar una cerveza a la calle San Francisco no está perseguido, donde hay espacios para la libre expresión de artes e ideas, donde se puede hablar de la liturgia de la Semana Santa en un concierto de rockabilly.
Y en esta ocasión he venido con un descubrimiento: el mesón museo de Zoolitos "Las Pedreras", que se encuentra en Buenache de la Sierra, lugar de obligada visita a partir de ahora. Aquí tenéis una foto en una hora demasiado oscura:
A la vuelta echo un vistazo a google reader y poco me falta para prenderle fuego al ordenador. Después de respirar hondo, me sumerjo nuevamente en lo que se supone son mis intereses. Y sí, efectivamente en poco tiempo, siento curiosidad por el nuevo golpe antidemocrático de los grandes partidos y algunos nacionalistas al mantener la injusta ley electoral, por los miles de millones del erario que se van a ir a manos privadas por caprichos inconfesables, hastío por la sobreexposición mediática de Cuba, por el olvido de Haití, por la propiedad privada de ríos en latinoamérica, por la manipulación que los financiadores ejercen sobre los activistas.
Ya que disfrutamos el viernes del concierto de Benito Kamelas y este post es una tanto nostálgico, os dejo con este curioso videoclip de la banda valenciana:
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