Fantomas contra los vampiros internacionales

En los últimos meses, incluso años, he escuchado hablar mucho de Julio Cortázar. Sonia, Nata, Julie y, nuevamente, Perdido se han referido al argentino en distinas ocasiones. Algún día me tendré que poner con Rayuela. Pero no, no me he puesto. Lo más que he hecho ha sido ver fragmentos de una suculenta entrevista que le hizo Joaquín Soler Serrano en TVE, en el año 77 (mano a mano con whisky y tabaco).

Pues ya que estamos dando nombres, ha sido Alfredo quien me lo ha dado a conocer en letra impresa. Vamos, que me regaló un librito con pinta de cómic y que, viniendo de él, parecía prometedor. En la portada ponía "Fantomas contra los vampiros internacionales, una utopía realizable narrada por Julio Cortázar".

Ayer lo abrí por la primera página y, salvo un momento de confusión intentando ver el 18º partido del siglo, llegué hasta el final con una sonrisa permanente en los labios. Inmediatamente me sentí entusiasmado con el particular humor del autor y con la manera de colar su película (la reunión del II Tribunal Russell y su condena de gobiernos y multinacionales por violar los derechos humanos en América Latina, algo similar a los actuales Tribunales Permanentes de los Pueblos o al más específico Tribuna Russell sobre Palestina) en una historia surrealista que convierte a un villano antihéroe (el original Fantomas) en un heroico justiciero social. El propio Cortázar cuenta el origen de esta historia en el minuto 99 de la entrevista de Soler Serrano.

"Fantomas, al ir a liquidar a una sola persona, está cayendo en la trampa porque ese genocidio cultural...