- Con todas vosotras y con todos vosotros alguien que ama como pocos las música, y además una mejor persona que artista: Javier Ruibal.
- Espero que esto no llegue a oídos de mi manager, no vaya a ser que quiera llevarse un 20% de mi personalidad.
Cumpleaños de Pachamama. Seis años. Y el regalo nos lo hicieron ell@s. No recuerdo haber sentido un concierto con tanta emoción controlada. Quiero decir, estoy acostumbrado a disfrutar dando botes con algunos conjuntos musicales o a seguir el ritmo con alguna de las extremidades corporales. Botes y movimientos que permiten disfrutar y dar rienda suelta a cierto grado de locura y desahogo. Ayer Ruibal, excepto en las canciones más rumberas, me paralizó. Lejos de los típicos cansautores ante cuyos conciertos suelo tener ciertas reticencias, la pasada noche se convirtió en mágica con una sóla guitarra y una voz y el silencio admirativo del numeroso público. La predisposición de la audiencia era óptima, lo cual, imagino, ayudó a conseguir tal efecto. Y la actitud del artista fue impecable, echando, no sé si horas, pero sí bastante tiempo más del acordado. Que no se entere mi manager- decía. Resultado: buenrollismo empalagoso (al que tod@s nos apuntamos) al terminar el concierto. Tanto que una amiga le dijo a Ruibal: "Adiós Javier, me voy ya que mañana me levanto a las 7 y tengo que soñar contigo".
Y de regalo una con Martirio:
3 comentarios:
http://www.youtube.com/watch?v=Hd78u7f9bwU&feature=player_embedded#
Menuda jefaza la de "Adiós Javier, me voy ya que mañana me levanto a las 7 y tengo que soñar contigo", ¿no? xD
"Pesqué atunes" en el mismo "paraíso" que Ruibal.
Muy buena gente.
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