Es gratis, no engorda, es sostenible y no te quedas embarazada

Pongamos que nos encontramos en la carretera de entrada a nuestra ciudad a las 21.00 h tras una estresante jornada laboral. Salimos del curro hace 45 minutos y el atasco no parece tener fin. Además llevamos con la primera puesta media hora, los jugos gástricos nos corroen el estómago, la mala leche contamina a la marea de automovilistas que a su vez contaminan con sus supercoches el aire que respiramos y sabemos que llegamos tarde a esa cita que tanto ansiamos y que puede que no se vaya a repetir. El RDS de la radio salta y César Vidal empieza a rajar contra los inmigrantes, los gays, los historiadores, los actores y los antiespaña...

...Entonces abrimos la guantera del coche y nos colocamos cuidadosamente nuestra nariz de clown. Mantenemos el gesto serio y giramos la cabeza hacia la ventanilla: Todo cambia.

Bienaventurados quienes se ríen de sí mismos porque nunca les faltará de que reír.

Y esto es parte de lo que pienso poner en práctica tras asistir a la primera clase del curso El valor educativo del humor que acabo de comenzar hoy. La profe y la sesión han sobrepasado mis expectativas y no recuerdo haberme reído tanto, haciendo payasadas durante 3 horas, en mucho tiempo. Y sin drogas. Lo recomiendo.