Sábado noche. No te apetece salir. Lees un rato con las faldas de la mesa camilla sobre las rodillas, impidiendo que se desaproveche el calor del brasero. Cuando te das cuenta de que llevas una página leyendo sin entender nada, porque estás pensando en tus cosas, puede que soñando, o quizás delirando como consecuencia de los primeros síntomas de la muerte dulce, pones la tele: Las hormigas blancas. El sueño, el pensamiento o la alucinación hacen su efecto.
Rajad, rajad, malditos.
Óscar Avendaño
5 comentarios:
Hola, Agnóstico. ¿Ves? Para esta entrada,esta música, y este recuerdo para Ángel González sí tengo el cuerpo preparado.
He leído que Óscar Avendaño compuso esta canción del tirón (música y letra) una madrugada, ¡qué tío! Estuvo más que acertado, eh.
Un placer visitarte.
Y un besote. :)
No hagas ni caso a la senniorita que se ha colado ahí arriba. Sólo pretende llamar tu atención, y cuando mires... ¡zas! te endilga un chorro zumo que te van a escocer los ojos hasta sabe dios cuando, agnóstico.
Con la venia ahora del Sr. Agnóstico...
Mosquitillo, ¿a que te lo endilgo a ti? Anda, anda, ponte las gafas, pero las de bucear. ¡Mosquitillos a mí! Bah...
Ji, ji, ji.
no se peleen, no se peleen.
mandarina, desconocía esa anécdota sobre la canción, gracias por pasar por aquí.
le mosquito, agradecido por traserme visitantes tan chisposos.
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