Aquel martes había estado por la mañana en Toledo haciendo un curso. Al terminar me volví al pueblo donde estaba viviendo durante ese año. Faltaba poco para las 16:00, hora en la que comenzaba la tarifa reducida del móvil y en la que me dispondría a llamar a Serrano para felicitarle por su 24 cumpleaños. Me suele fallar la memoria pero los cumpleaños de los amigos no los suelo olvidar. Estaba terminando de comer cuando Fran me llamó. Me extrañó, ya que lo había visto por la mañana en la capital.
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Fue en 1998,un mediodía de octubre, cuando nos conocimos. Yo llevaba unos días descubriendo la ciudad, haciéndome con los horarios de la universidad e integrándome en la vida de una residencia que me aportaría en los años venideros las mejores experiencias de mi vida. Por entonces estaba acojonado: novatadas, gran responsabilidad por la carrera, dificultad para entablar relaciones, etc.
Ser los únicos que en aquel sitio estudiaríamos los mismo y compartir habitación hizo que en los primeros meses estuviéramos bastante unidos. Al volver de clase las sesiones de ping-pong eran interminables, las charlas en la habitación de madrugada igual y compartíamos vicios etílicos, nicotinados y carnales. Me llamaba pichulín enamoraete.
Luego hubo desavenencias. Yo no entendía determinados actos, determinadas actitudes, determinadas palabras. No eran contra mí pero hicieron que me distanciara de él. Cuando terminó el curso, a pesar de esto y de haberle confirmado que quería cambiar de compañero de habitación, el día de la despedida antes de las vacaciones me regaló buenas palabras que me hicieron pensar durante mucho tiempo.
El año siguiente nuestra relación se mantuvo fría, aunque seguíamos estudiando juntos y viéndonos a diario. Ya por estas fechas, a mi parecer y creo que al de muchos de nuestro entorno, había cambiado. Para bien.
El tercer año, en el que fuimos juntos al Viñarock, viviendo una experiencia memorable acompañados de vinazo y apaleao, empezamos a retomar la relación. Ésta se hizo muy estrecha y el cuarto y último año en aquella inolvidable ciudad, aunque él hacía tiempo se había ido a vivir a un piso, fue el que más nos unió. Juerga pa'llá, juerga pa'cá. En varias ocasiones me prestó su cama. Nunca discutimos. Era difícil hacerlo con él. Realmente era imposible. Se le consideraba toda una institución en la residencia, a la que seguía acudiendo a diario: el residente nº 100.
Era un verdadero vividor. Sus potentes ojos azules solían divisarse inconfundibles en la oscuridad de los antros que frecuentaba. Pero también era un currante: ya fuera vendimiando, dando clases o en alguna ETT trabajando por las noches.
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Sin poder contener la emoción me comunicó lo ocurrido: Serrano había muerto. El cómo, un desgraciado y absurdo accidente laboral, fue confuso hasta horas después. Horas en las que excitado por la rabia, la angustia y la incredulidad tuve que dar a muchos amigos la notica.
Era 18 de octubre. A las 16:00 no le pude felicitar.
10 comentarios:
Morir el día de tu cumpleaños tiene que ser un shock brutal.
Es una historia muy triste, me ha llegado al corazón.
Besos.
En breve hará dos anyos que yo también perdí a alguien querido en el suceso de la tolodella en el que murieron 18 personas por un puto accidente con una estufa de gas. Te entiendo perfectamente y lo siento mucho.
Joer, lo siento mucho Agnos. Es muy duro perder un amigo, con el que has pasado tantas cosas.
Lo siento.
Podría q decir que no sé lo que es perder a alguien cercano coscientemente, y no quiero imaginarme perder a alguien con el que he compartido tanto y que contradictorio es el hecho de que un día tan feliz como es tu cumpleaños se ensombrezca con esto.
Ánimo
Gracias gente, no pretendía poner triste a nadie, pero le debía un homenaje.
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ánimo griffin. un buen homenaje.
No puedo aportar mucho mas que no hayan dicho.
Lo siento y animo. Al menos tiene un buen homenaje.
Un saludo.
Dicen por ahi que el tiempo lo cura todo, pero la verdad es que no creo que cure las heridas sino que más bien hace que te acostumbres al dolor.
Un saludo
Coincido con los comentarios anteriores: él estaría orgulloso de este homenaje.
No es lo mismo morir con la vida ya cumplida que morir joven, con todo por hacer. Lo siento... :(
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