1.- Aguardo en la barra del bar el sábado a eso de las nueve de la noche a que me sirvan el bocata que 15 minutos antes había pedido. El frigo de mi casa pasa por unos días de crisis existencial. A punto están de comenzar las semifinales del eurobasket. Tensión somatizada en el estómago por no llegar al comienzo del encuentro. En esto una familia toma vinos y coca-colas lights a mi lado. Sobrina y tío discuten sobre el cambio de estilo de Dover en su último disco. El padre se entromete en la discusión y sin venir a cuento e indignado exclama: "Eso de los 40 principales es una puta mierda. Antes ponían a Peter Gabriel y cosas así. Gente con clase, pero lo de ahora: ¡pornografía, es pornografía!."
2.- Saturday night. El pub más popi de Culiparditenango está más lleno que el metro de Tokyo en hora punta. Los erasmus empiezan a invadir la ciudad y se nota en acentos, pieles y cabellos. Un amigo vive con dos alemanas a las que hace un minuto un camarero rebajó las cervezas. 2 € en vez de 2,30. Los efectos de tequilas y zumos de cebada dominan mis andares y mi discurso. Me dispongo a pedir. "Por favor, me pones dos Estrellas a precio de alemana". - "¿¡Qué!?". - Que si me puedes poner ... ". El barman me mira con una mala leche difícil de describir. Pone sobre la barra las birras y me cobra 4,60 €. Mi colega me dice "tío, que ese es el jefe, el que las ha puesto baratas ha sido el otro".
3.- Me dirijo al trabajo el lunes y paso junto a una tienda de "Alimentación. Frutos Secos". Vamos, unos chinos. La regenta, a voz en grito, regaña al repartidor del pan. No entiendo lo que le dice. El hombre tras la descarga de histeria asiática explica que la subida de los cereales tiene la culpa del nuevo precio de la barra. Además ella la tiene que vender también más cara. Creo que empiezan a entenderse. Prosigo.
4.- El mismo lunes a mediodía en el super más cercano. Me dispongo a comprar lo justo para comer. Una señora, me dice "¡eh! muchacho, esto qué es, son Franfu?" -mostrándome un paquete de salchichas rellenas de queso- "¿son pa freír?". "Sí señora" -le digo-. "¿Pos cuánto valen?". Miro el precio y contesto "49 céntimos". "Anda pos que barato. ¿Quie's unas?" Y hace el amago de introducirlas en mi carro. "No, gracias". Huyo.
martes, 18 de septiembre de 2007
Escenas cotidianas manchegas (o no)
propalado por ASR justo el 18.9.07
Etiquetas: escenas cotidianas manchegas, Mancha manchega, Personal y transferible
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6 comentarios:
jajajajajjajaja la mujer de las salchichas la mejor! jajajaja Seguro q trabaja para el super :PP
En resumen: como la vida misma.
Un besito.
P.D: Me ha sorprendido gratamente un detalle: ¿por esos lares también tomáis Estrellas?
Eso pensé Alana, puede ser una nueva estrategia de los supermercados para vender. O de las marcas de salchichas. Se acabaron las niñas monas ofreciendo muestras con la faldita en su respectivo stand.
princess valium, la Estrella sé que monopoliza el mercado cervecero barcelonés (mi hermana vive allí) y hasta los "paquis" es lo único que venden. Pero resulta que aquí hay algunos garitos en los que no tienen Mahou (oh! Dios) y hemos de beber Estrella (o Voll Damm preferiblemente)
¡Que cosas! A saber cómo serían las alemanas, aunque como las de la tierra....encima te llenan el carro, je,je.
¡¡¡¡ XD !!!!!
Muy buenos tus retazos de la cotidianeidad. Simples y directos. Hay que ver la jeta que tienen algunas señoras mayores, y el caso es que su intención era buena.
Saludos!!!
Pues Juan Rafael las alemanas eran... alemanas, ¿qué más datos necesitas? ;-).
Sí, Pantero Pinco por un momento pensé en que era mi abuela. Casi la abrazo, por eso huí, porque me dí miedo.
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