¿Se puede ser madridista y antimadridista a la vez?

Peleándome andaba esta tarde con la problemática del biestable síncrono en los circuitos secuenciales, glitches y demás cuando para relajar un poco mis neuronas (las que han quedado, claro), poco acostumbradas estos días al esfuerzo, he encendido el aparato ese en el que salen personas pequeñitas sometiéndose a tests con máquinas de la verdad, buitres comerciantes de carroña disfrazados de periodistas y algún que otro reality show. En La2 echaban un partido de baloncesto en el que se enfrentaban el Joventut de Badalona y el Real Madrid. He visto los dos últimos cuartos y mientras tanto he pensado en una contradicción que me acompaña desde pequeñín.

En lo que al fútbol respecta soy del Madrid. Por razones familiares, geográficas, porque viví los éxitos de la Quinta del Buitre, porque en mi pueblo hay 2000 del Barça (entre ellos Lackland), 1000 del Atleti, 500 del Athletic, 4 del Manchego y 26.496 del Real Madrid. Y esto es un cauce que arrastra a casi cualquiera con mucha fuerza.
En mi año de residencia en la capital muchos de los que me rodeaban eran del Atleti, además de mis admirados Lichis, Rosendo, Sabina y Josele Santiago e hice un esfuerzo por cambiar de chaqueta, pero fue un intento infructuoso. El sentimiento casi-congénito se impuso al deseo.

En cambio, en lo que respecta al baloncesto, desde bien pequeño y probablemente influenciado por un compañero del cole y por los éxitos que entonces cosechaba con los hermanos Jofresa, Smith, Thompson y Villacampa he sido del Joventut de Badalona. Y no, no tengo ni lazos familiares, ni me pilla cerca Badalona y en mi pueblo somos dos. Además siempre he tenido un sentimiento antimadridista en este deporte quizás debido a su política de fichajes (nos quitaban a los mejores).

Y mi pregunta es: ¿se puede ser de un club en una disciplina y enemigo en otra?.

Ah, hemos perdido.

Fuente fotos: R. Madrid Joventut