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jueves, 27 de julio de 2006

La vuelta a la realidad

Me di cuenta en cuanto me subí al tren por la mañana. Algo no funcionaba, yo no era el mismo que las dos semanas anteriores: Me faltaban cosas...un dolor de cabeza, alguien que me despertase anunciandome que padezco sobrepeso (si, si, cosas nuestras), restos del botellón por toda la casa, mi ropa por el suelo.

Eso solo fue al principio, después salí a la calle y todo el mundo me hablaba en una lengua que conozco, la ciudad me era conocida y no necesitaba a Alfonso guiándome todo el rato plano en mano (gracias, GPS), incluso al pasar por delante de la tienda de cruasáns el tendero levantó vagamente la mano.
La sensación de vacío se hizo mucho más intensa.

Estuve a punto de gritar espantado cuando me subo al tren y veo las mismas caras, los mismo asientos y el tren recorre el mismo camino que siempre...Pero cuando volví a sentirme como Bill Murray en su día de la Marmota fue cuando vi el asiento de mi oficina y de verdad me di cuenta de que

SE ME HAN ACABADO LAS VACACIONES!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Rebienvenido a una vida de mierda. Pero con dinero a principios de mes, eso sí.