Durante las últimas semanas he leído algunos libros de los que quisiera hacer una pequeña reseña en este blog antes de desconectar de la vida digital por otros tantos días.
Hace justo un año, en el viaje que realicé por tierras cisjordanas, un compañero y amigo fugaz, David Perejil, me habló de un tal Amin Maalouf y de una de sus obras: Identidades asesinas. Ha sido, sinceramente, tras leerlo, cuando he descubierto que al autor libanés y francés le habían concedido el Principe de Asturias de las Letras y, buscando su conocido libro (al que por cierto escuché recomendar a Butragueño en un programa de RNE) Las cruzadas vistas por los árabes, que no hay que rebuscar mucho en las estanterías de las librerías sino acercarse a los mostradores de los más vendidos para hallar sus publicaciones. Se trata de un ensayo cargado de argumentos contra la intolerancia, que derriba tópicos y que si marcamos adecuadamente las citas (o como en mi caso doblamos las esquinas de las páginas donde se encuentran) nos ayudará, por su carácter pedagógico, en los innumerables debates identitarios que están a la orden del día.
Muñoz Molina me era hasta la fecha sólo conocido por sus artículos en revistas y periódicos. Beltenebros es un thriller bastante conseguido que se centra fundamentalmente en las historias, pasiones y debilidades de los personajes, siendo el contexto tanto político como histórico, a priori relevante, bastante secundario. No es una crítica negativa, es decir lo que me esperaba de una obra que, por otra parte, espero ver pronto en su versión cinematográfica.
La conjura de los necios era una de esas asignaturas pendientes tras haberlo abandonado a medio leer hace unos años y tras haberla cargado improductivamente en cada una de las incontables mudanzas que he hecho en el último lustro. Y me ha maravillado. Por las lecturas éticas y políticas que se pueden obtener, curiosamente, de personajes, por lo general, bastante desagradables y por la plasmación a través del esperpento de la sociedad estadounidense del momento. La historia del autor, John Kennedy Tool, no es menos novelística que la del propio Ignatius, por cierto. Y bastante triste.
Los Cuadenos de Kabul de Ramón Lobo pueden consultarse en la web de El País, que es donde se fueron publicando en su momento mientras el periodista cubría informativamente la capital afgana. En estos treintaitantos capítulos-posts se muestra una panorámica profundamente humana de la vida diaria en un país en continua guerra. Además el autor se plantea cuestiones acerca de la democracia, las guerras, la lejanía de la realidad por parte del personal occidental desplazado, el periodismo y el uso tendencioso de algunas palabras en el mismo.
Ahora estoy terminando La armadura del capitalismo de Alejandro Teitelbaum, un detallado estudio del impacto de las transnacionales sobre los derechos humanos.
2 comentarios:
Murakami: hasta ahora me he resistido a las recomendaciones de gente de confianza. Aún me estoy recuperando de haberme leído casi todo Mishima en los 80.
Maalouf: Imprescindible. Yo me limito a admirar su exposición de la Historia.
Muñoz Molina: Aunque en los últimos años parece haber descubierto la existencia del punto y aparte, sigo sin soportarlo. Ni sus novelas, ni sus "artículos de opinión". Y encima maleó a Elvira Lindo colocándola en El País.
La Conjura de los Necios: Otro imprescindible retrato de la normalidad.
Ramón Lobo: De los pocos "enviados especiales" que quedan en activo por aquí. Siempre interesante, aunque no siempre se comparta su visión.
¡Qué bien! , yo actualmente estoy leyendo El Quijote, pero tengo que estar conectado siempre a la RAE.ES, en cada página me encuentro con palabras nuevas que poco entiendo, pero aún así me gusta como escribe el autor de esta inmortal obra.
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