El que mucho abarca...

¿Por qué será que me identifico con la protagonista muerta del libro de Rafel Reig que estoy leyendo estos días?.

Una de las razones por las que compro el periódico en el que escribe a diario es la peculiar manera del novelista asturiano de ver esta sociedad así como de fijar posiciones mediante la ironía y la argumentación razonada y apoyada en la Literatura. Y si no, vean como contesta las cartas al director.

A lo que iba, la prota a la que descerrajan un tiro en la cabeza en las primeras páginas del libro (no desvelo nada), realiza una disertación sobre sus vocaciones, que me ha hecho reflexionar sobre algo a lo que vengo dándole vueltas ya un tiempo:

"Y así con todo: el altillo era una necrópolis, una fosa común en la que iba sepultando, apretados unos contra otros, los restos mortales de Lola Eguíbar, la pintora; Lola Eguíbar, la campeona de ajedrez; Lola Eguíbar, la espeleóloga... Y así hasta Lola Líos, seudónimo de María Dolores Eguíbar, esa escritora que entusiasmaba a los pequeños lectores más exigentes.
Me habría gustado tener una afición muy absorbente, lo que fuera, ir todos los domingos a entrenar a la pista de patinaje, reproducir maquetas a escala o jugar al tenis federada, como Fátima, pero ha sido imposible. No hay nada que me absorba por completo. No quepo en nada. Ni en un solo hombre. Ni siquiera en un solo deseo."

Guapa de cara, Rafael Reig. Ediciones Lengua de trapo SL. 2004.