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viernes, 29 de diciembre de 2006

Mens sana in corpore tullido

Cuando éramos unos inocentes infantes, mi compañero de blog y un servidor solíamos jugar al baloncesto cada sábado por la mañana, si es que no se terciaba ir a una era a jugar un partido de fútbol con cuatro piedras como postes, reforzados con las chaquetas de los chándales.

También, en ocasiones, íbamos a casa de un amigo a jugar a Pressing Catch, que consistía básicamente en darnos de hostias hasta lo soportable, o incluso más, sobre un colchón viejo (pues va a ser verdad eso de que los niños imitan lo que ven en la tele). Por aquellos entonces no sólo creíamos en Dios sino en todo lo que aparecía en la caja tonta. Aunque cierto escepticismo emergía ya en nuestras mentes: recuerdo debates sobre la autenticidad de los mamporros que Hulk Hogan, Terremoto Earthquake, el Enterrador o los Sacamantecas les soltaban a sus adversarios.

Aunque quizás de lo que más disfrutamos, pese a no ganar ni un sólo partido, (¿o quizás sí?, ya no recuerdo) fue jugando al balonmano por diferentes pueblos de la provincia cuando contábamos 13 o 14 años.

En fin, a lo que iba: desde que emigramos de estas tierras a corrompernos definitivamente, lo que es hacer deporte como que no lo tenemos entre nuestras prioridades, pese a algún que otro intento. Lackland ha llegado a jugar en Alemania de portero en un torneo de ámbito estatal (pero esta anécdota mejor que la cuente él) y yo (he de reconozcer que era el peor del equipo) he jugado algo al fútbol 11, siendo incluso primero de la provincia en el Trofeo Rector en la universidad dondé estudié. Ahora cojo la bici, pero lo justo y necesario, que he escuchado que atrofia los testículos, y hay que preservarlos para un hipotético uso.

Hoy, después de un año sin tocar una bola, hemos echado un 2 para 2 de baloncesto. Hemos vuelto, como antaño, a saltar la valla del instituto evitando, con la maestría dada por la experiencia, clavárnosla en los huevos como antes nos ocurría. De las cuatro mi forma física es la que más dejaba que desear. Los hermanos de Lackland están hechos unos toros, y él, últimamente también. He rezado, sin mucho éxito, cada vez que le he intentado hacer un bloqueo para no salir despedido, aunque la venganza ha llegado en forma de chapa por mi parte.

Siempre nos quedará el ajedrez, amigo Lack.

Instantánea con el árbitro minutos antes del encuentro.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

las bicis atrofian los wevillos? k guay! le voy a pedir 1 a los reyes! por fin una alternativa economica y facil a la ligadura de trompas masculinas

Carol dijo...

Cagüen la leche, como os hagais algo encima os doy dos ostias a cada uno... como hay que deciros que sentao nadie se lesiona???? Tirad pal bar y a la banqueta, o mejor a la silla a ver si os caeis...

Claro, que la idea de tener a Lack encamado durante unos días, he de reconocer que me es harto tentadora... pero bueno, dejemos mejor, que se encame solo :))))))

ASR dijo...

Lo malo es que te los atrofie hasta el punto de dejártelos inútiles del todo.

Pues no sé, yo hoy me he retirado pero creo que el amigo se ha ido de nuevo a machacarse a la pista. Pero no te preocupes, que éste no se lesiona fácilmente.

Anónimo dijo...

Para seguir jugando a pressing hay que comprarse el smackdown vs. raw 2007 para 360 o PS2. Lo otro hace pupa.