El viernes por la noche cayeron sobre mi cabeza, de dimensiones nada despreciables (supongamos 1/2 metro cuadrado), unos 50 litros de agua de Valencia. Sí, porque era allí donde me hallaba, en pleno Barrio del Carmen. Y no me emborraché, no.
La lluvia me lleva a hablar de la melancolía, de la soledad viendo el aguacero tras los cristales (no recomiendo a nadie hazañas como la de esa noche pues casi acabo con una neumonía), de la apatía sana. Es decir, proponerse un buen día relajar cuerpo y mente, pinchar una lista de reproducción en el PC, apalancarse en el sofá y lanzar la mirada al infinito. No pensar, no comerese el tarro, no mover un dedo.
Y qué mejor día para algo así que un domingo. Por eso hoy cuelgo la segunda entrega del Jukebox, integrada por canciones sentimentalonas, relajantes, apáticas (bueno puede que más de uno se lleve algún sobresalto).
Tiempo y silencio - Pedro Guerra y Cesária Évora
Esta canción la compuso Pedro Guerra para Luis Pastor. En el disco Contaminados hay una versión de los dos junto a Martirio. También la canta con Cesária Évora (esta versión) en Sao Vicente di Longe, trabajo de la caboverdiana. Este tama lo descubrí hace poco, gracias a la BSO de Caótica Ana.
3=5 - Dites 34
Es mi canción favorita de esta lista. Por su ejecución, por su profundidad y por los recuerdos que me trae de recientes festivales lusos. Se trata de una mazurka, danza tradicional que tiene una estructura muy peculiar, capaz de hacer disfrutar como ninguna de las que conozco el baile en pareja, abierto a la improvisación guiada por la melodía. Cierren los ojos.
Wrong Bottle - Mardi Gras BB
Big Band cercana al acid Jazz, al funk o incluso a la música afrocubana, dicen por ahí. A tanto no llego. Eso sí, me hace transportarme a un bar de mala muerte, lleno de humo, quizá un fumadero de opio, donde la banda toca mientras el sonido se mezcla con el bullicio del local.
Por enésima vez - Miguel Bocamuerta
Vuelvo a poner una de Bocamuerta, porque más contundentemente pesimista y angustiosa que esta canción es difícil encontrar.
Canto a la vida - Abuelas Fumadoras
Tiene su punto: su punto muerto. Como diría Julián Hernández (próximo columnista, por cierto, del esperanzador diario Público): "disfruta lo más que puedas ahora que estás despierto,
porque luego vas a pasar bastante tiempo muerto"
Colombia llora - Yalile Quiñones
Del Pacífico colombiano, donde la piel blanca brilla por su ausencia, donde junto al resto del país se sufre una guerra civil ya demasiado larga. Donde se sigue llorando.
Llevadme a un bar - Transportes Hernández y Sanjurjo
Ayyy... bares, qué lugares.
Space speace - Luma
Luma tienen nombre de perro aunque también de constelación desconocida y extranjera. Quizá sea eso lo que más nos inquieta: esa ambigüedad maravillosa de no tener un ritmo, ni un destino, ni un alter ego, ni atadura alguna… tan sólo nos consume el tiempo y las canciones que nunca pudimos escribir porque, o bien éramos pobres de ánimo, o bien no teníamos un lápiz o un ordenador cerca. Tenemos el cuerpo disperso entre vuelos baratos sin comida gratis y altas horas de la madrugada.
5 comentarios:
muy generoso lo vuestro :)
mi favorita es la de Luma, seguramente
muerte a las noches blancas de madrid, y como dirían en una de las instalaciones que había por ahí perdidas, "una noche blanca, 364 a oscuras"
gracias, ale, aunque no sé muy bien a qué te refieres. Si al menos hubieramos compuesto las canciones...
marian, espero escuchar vuestra versión respecto del acontecimiento en cuestión. un beso.
Que bien empiezan estas propuestas musicales. Cesarea y Pedro Guerra, dos grandes voces y muchas palabras para la paz.
Encantado de pasar de nuevo por aquí, paisanos.
Gracias.
el placer es nuestro, Le Mosquito
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